jueves, 26 de enero de 2017

Somos Vida

Clara salía a diario a buscar una bombilla para iluminar su cuarto. Llevaba ya meses en la búsqueda y ninguna quedaba bien; algunas eran opacas, otras brillaban demasiado, y otras parecían funcionar pero se quemaban en segundos. Clara empezó a preocuparse, no podía seguir gastando tanto tiempo y dinero en conseguir la bombilla, así que inicio a conversar con sus amigos y amigas, haciendo preguntas sobre lugares, marcas y condiciones para encontrar esa bombilla. Incluso pidió prestadas algunas para intentar, pero ninguna funcionaba.
Esa mañana, Clara estaba muy cansada, la fatiga le mitigo el ritmo y las piernas le empezaban a doler; ya no sabía a dónde ir a buscar. Mientras cruzaba la calle se repetía: “Me duele ahí, en lo no nombrado”. Camino diez pasos y el pensamiento le abandono la cabeza. Continúo con el camino de siempre, a una velocidad bastante moderada, porque a cada paso le dolía más caminar.
Llego a su casa, entro a su cuarto; parecía más oscuro que antes. Tomo aire y fue a la cocina por unas velas. Las encendió, y algo en el techo le llamo la atención; era un alambre que no había visto antes, lo siguió con la vista y la llevo hasta una palanca. Se veía muy oxidada, llena de polvo y telaraña, como sin uso. Por curiosidad subió la palanca, se dirigió inmediatamente al interruptor y la bombilla se encendió iluminando cada parte del cuarto; incluso esa esquina empolvada. Y vio a la par de la palanca una pinta: ¡Somos vida!


sábado, 21 de enero de 2017

Voz del Fuego


¿Qué nos dirás hoy?
¿Qué debemos soltar?
¿Qué conservamos?
¿Por qué cosas debemos luchar?

Oh fuego,
qué tu voz permanezca presente en la fuerza de nuestros pasos.
Qué retumbe desde nuestras viceras andates y vigilantes.
Qué tu calor este siempre en nuestros lazos y abrazos.

Nuestras luchas rugen con la voz del fuego.

miércoles, 18 de enero de 2017

Amor

Clara ha conocido de amores.

El primero.
Un amor con precios y silencios,
con sacrificios y castigos,
con condiciones y nociones.
Un amor que por encima de todo
prioriza la atadura.
Tuvo como ejemplo a Cristo y su madre.

El segundo.
Un amor que libera y no amarra,
que potencia la voz y los gritos,
que construye horizontes enmarcando la vida.
Un amor incondicional a la diversidad
defiende la vida en todas sus variaciones.
Lo sintió en su amiga, la feminista.
En la sonrisa de las mujeres en las fogatas.
Lo sintió en ella misma entre hilos y espejos.
Y ahora lo pinta en una pared.


A oído de otros que 
resultan ser versiones del primero.
Se quedo con el segundo
porque así es más feliz. 

23 años

21 silencios
negro funeral
agujeros
piel quebrada.

Verde arcoíris
2 primaveras
voz naciente
cielo pastel
poros abiertos.

Piel tatuada
nariz rota
tinta regada
una pared
23.

Letras mezcladas
sonrisas vacías
23.

Lucha
luna y estrellas
rebeldía que marcha
valentía inyectada.
23.

Alegría sonora
carcajada de madrugada
grito estruendoso
levanta
el vuelo levanta
23.

23 años.

martes, 17 de enero de 2017

NiUnaMenos


Cualquier mensaje rebelde que se quiera hacer llegar, debe transgredir espacios para que realmente llegue hasta los rincones más escondidos, religiosos, militares, fálicos, progres y conservadores.
Pero de que llega, llega.

Con el útero en el centro, muerte al patriarcado.



lunes, 16 de enero de 2017

Masturbación en Rebeldía

Descubrir mi centro significó mucha pena
pasé avergonzada por mis sensaciones
y lo que pudieran pensar los divinos.
El que desde arriba todo lo ve
no vio nada más que mi vergüenza.
Ya sé que no hay nadie viendo
ya sé que no hay divinos
pero por hoy no negaré su existencia
para que puedan observar con fina atención
todo lo que no pudieron contener.
Hoy los dejo existir;
La que dice quien está y quien no
dentro de mi,
soy yo
y por eso los dejo observar, divinos,
que me excito conmigo
y que no me da pena.
Vean ustedes
todo lo que no pudieron contener.

viernes, 6 de enero de 2017

1 Calle D

En mi calle pasan muchas cosas
desde gente que encontró sombra para dormir
hasta algún borracho que ya no pudo más.

Niñxs que se apoderan de la calle entera
delimitada por las porterías
y las parejas de jóvenes en busca de un callejón no tan transitado
para juntar un poquito sus cuerpos en obvia complicidad.

Alguna pelea de marido y mujer
y otra de chicos borrachos y tostados.

Van pasando despacito los que se van echando el purito
y a las 2 de la tarde ya huele el panito.

En mi calle pasan muchas cosas.

lunes, 2 de enero de 2017

Dolores de Crecimiento

Cuando era pequeña, y me dolían los huesos, mi mamá me decía que era porque iba a crecer. Generalmente el dolor ocurría en las piernas, a veces, era muy intenso, debía recostarme porque sentía no poder caminar, y, lloraba mucho.

El dolor, en realidad ocurre en los músculos -los huesos, antes de serlo, son placas cartilaginosas que en la medida que se van mineralizando se van transformando en eso, huesos. Aún sabiéndolo, me sigue haciendo sentido que fueran los huesos, porque dolía demasiado. Los llamados dolores de crecimiento ocurren con normalidad en la infancia, sin embargo, conforme la vida ha ido transcurriendo, me he encontrado con otros dolores que bien sé, no son ni los músculos ni los huesos, pero también me han hecho llorar y sentir que no puedo caminar.

Cuando niña el dolor se aliviaba con caricias, masajes y palabras de mi mamá diciendo que ya iba a pasar y que estaba creciendo; si el dolor era muy fuerte, me daba medicamentos. Ahora, siendo adulta, encuentro alivio en los momentos conmigo, en pensarme y reconocerme a través de lo que escribo, lo que digo y lo que pinto, sin embargo, en esos momentos de dolor intenso necesito una mano, un hombro, una sonrisa, un abrazo; los medicamentos se traducen a las relaciones en las que me tejo.

Y así, se encuentran las amigas y amigos cercanes dispuestes a hablar de cualquier cosa o de los problemas, a recibirme en su casa, a gritar conmigo, y por supuesto, a abrazar. Como esa amiga a la que llamo cuando siento no poder, llega por mí, me lleva a su casa, me deja dormir en su cama y antes de dormir me abraza diciendo que todo irá bien; me toma de la mano pasándome de sus fuerzas mientras yo recargo las mías. O ese amigo, que responde los mensajes a toda hora, que me abraza mientras lloro sobre su hombro porque sabe, siento desmoronarme, y mientras lo hace, acaricia mi espalda diciendo “el dolor pasa”. Y mi mamá claro, que continua dándome de sus abrazos, diciéndome que estoy creciendo.

Por eso, a quién me diga que crecemos “solos” o exclusivamente de forma individual, le diré que no es cierto. Aún quien se encuentre llorando en la soledad de su cuarto, tiene consigo a las personas con las que ha compartido su vida; palabras, frases, momentos, que guarda y que a la vez le hacen ser. Crecer guarda en sí una dialéctica entre la persona y sus redes; cada persona va tomando sus decisiones, elige acercarse, alejarse, avanzar o parar, pero siempre estará rodeada de otras personas que van decidiendo al lado, no en dependencia, pero si simultaneidad y a veces, en sintonía.

También se decide que guardar, es selectivo, tiene relación con la intensidad afectiva, que a la vez se relaciona con la cercanía e identificación. Hablar de identidad, cercanía y redes, es hablar de comunidad, de allí que el crecer individual se ajuste tan bien en los pensares pues la individualidad es una idea que nos ha vendido el capitalismo, y a su vez la soledad, que evidentemente es una mentira. Reconocer que crecemos con otres, es reconocer que se pueden construir relaciones y alianzas, que mueven muchos más que lo individual.   

Regresando a mis recuerdos, mi mamá también hablaba de los estirones, esos en los que de pronto creciste tanto que es obvio. En los últimos días, el dolor ha sido tan fuerte que seguro estoy creciendo mucho, y pronto veré el estirón. Mientras tanto, recurro a mis medicinas, esas personas que me abrazan diciendo que el dolor ya pasará. Sé también que nadie estará para siempre, pero ese es el sentido de construir, dejar ir lo que ya no está en sintonía y conservar lo sí que está, cuidarlo y disfrutarlo mientras este. Y saber que hay estares muy largos. 

Y claro que crecer lleva consigo dolor, pero no lo es todo, hay amor… amor de crecimiento.