viernes, 28 de febrero de 2014

La Batalla

Teníamos que combatir el silencio
Ya no aguantábamos más
Tú, besándome el cuello
Yo, chupándome los labios
Pero sin ningún sonido.

Teníamos que combatir el silencio
Ya no aguantábamos más
Tú, descosiéndome la blusa
Yo, arrancándote el pantalón
Pero nadie decía nada.

Seguíamos luchando.

Teníamos que combatir el silencio
Ya no aguantábamos más
Tú, corrompiendo.
Yo, pecando.
Pero no nos atrevíamos a hablar.

Teníamos que combatir el silencio
Ya no aguantábamos más.
Tu, penetrándome.
Yo, bailando sobre ti.
Hasta que ganamos.
¡Ganamos la batalla del silencio!
Salió  mi gemido. Del mismo placer del orgasmo,
Del mismo placer con el que me tomaste el pelo,
Del mismo placer con que me besaste el cuello,
Del mismo placer del pecado,
Del mismo placer de la gloria.
De ese mismo, de haberle ganado al silencio.

Ninguna guerra fue tan disfrutada

Y tan bien terminada.

Elena Bossi

"El erotismo se define más por lo que oculta
que por lo que muestra
y es más eficaz cuanto más oscuro.
El erotismo es un arte del control
y no del desenfreno".

jueves, 27 de febrero de 2014

De la Cotidianidad Sin Palabras Adornadas

Un sueño que tuve anoche me hizo levantarme con una idea; escribir sobre lo que pasa una mujer cuando camina por la calle. Pensé en hacer un cuento narrando una pequeña historia, pero me parece mejor detallarla exactamente como la viví y así, de repente por esos locos y descabellados azares del destino, llega a más de algún oído sordo (o al menos eso me gusta pensar).
En mi casa tenía la idea de ser objetiva y no dejar que los sentimientos de enojo o frustración me invadieran. Este es el relato de mi travesía de la zona 5 a la zona 1:
Como es usual para mi, cuando me estoy dando una ducha pienso, casi sistemáticamente, en lo que me voy a poner. Aquí empieza todo. Pienso en ropa que no llame la atención y zapatos que me permitan movilizarme rápido y/o, en el peor de los casos, que me permitan correr en caso de un "incidente desfavorable". Me visto con caites, pantalón de lona, blusa blanca y chaleco rosado. Salgo de mi casa para tomar la camioneta en el bulevar. En la espera a que pasara la camioneta (aproximadamente 6 minutos) 4 automóviles me pasaron "haciendo luces" o bocinando. Llega el bus, me saco el pasaje y se lo doy al chofer. Cuando le doy el quetzal, éste trata de agarrarme la mano con la intención de ¿seducirme? Siento las miradas de los 4 ayudantes que iban con el viéndome las nalgas cuando me di la vuelta para tomar asiento. Empiezo a hacer uno de los beneficios de ir en transporte público; leer. Una señora se sienta a la par mía y se baja como a 5 cuadras más adelante. Se sienta junto a mi un joven. El no hizo absolutamente nada, sin embargo, la neurosis me impide continuar leyendo y decido mantenerme alerta. Llega mi parada y me bajo del bus no si recibir de nuevo las miradas de todos los ayudantes, más el "adiós mi amor" del chofer. Empiezo a caminar. Cruzo una calle, otra y otra más hasta que me agarra un semáforo en rojo y pasa un taxista diciéndome "que rica mami". La luz da verde y sigo caminando. Saludo a algunas personas que saludo todas las mañanas por pasar siempre en el mismo lugar (lo digo con mucho agrado). Pasa un camión de repartidores de agua y el ayudante me saca la lengua con una extrema connotación sexual y me hizo recordarme cómo la semana pasada unos de un camión de repartición de agua me gritaron "chimemos". Estoy a una cuadra de mi destino. Un grupo de amigos fuma un cigarrillo antes de entrar a su trabajo y como si yo no pudiera escuchar les dice a sus camaradas: "allí viene mi novia" y todos voltean a verme sin disimulo. Uno de ellos me dice "buenos días" con todas las intenciones que puedan pasar por mi imaginación, menos la de desearme un buen día. Finalmente llego a mi trabajo.
Este fue el trayecto. Hoy (des)afortunadamente que me decidí escribir mi travesía tuve varios de estos desafortunados encuentros y tuve material para escribir. Hay días en donde en realidad no pasa de un chiflido. 
Mi intención era con fines ¿experimentales? he allí el tratar de ser objetiva en prestar atención a los abusos cometidos por algunos hombres, pero no pude; el enojo, la impotencia y la frustración son inevitables en especial porque no soy sólo testiga de lo que me pasa a mi, sino que soy testiga de lo que le pasa a otras mujeres en frente mía. Todas llevamos un destino y por la mañana, para la mayoría, es para el trabajo o para estudiar y después del recorrido matutino debemos "procurar" que no nos afecte tanto para rendir bien en nuestras jornadas.
Como algo bueno sale de cualquier situación, aprendí a no tener prejuicios. Porque en la calle abusan de una hombres con tennis, pantalones rotos y playeras o bien, con corbata, zapatos y tacuche. 
Si algún lector pensara que esta nota es para alimentarme el ego, pues cumplí mi intención que detallé al principio; la nota llegó a oídos sordos (u ojos, para ser literales).



viernes, 21 de febrero de 2014

De Esos Días

Hoy no entiendo lo que quiso decir Borges
Ni siento la pasión erótica de Posada.
Hoy mi verde es sólo amarillo
y mi morado es sólo rojo.
Hoy ni Monterroso convoca a la imaginación
Ni Delgado me inspira a escribir.
Hoy es de esos días.

jueves, 20 de febrero de 2014

... En el sentido en que Jacques Berque dice que no sólo existen países "subdesarrollados" sino, sobre todo, "sociedades sub-analizadas".
-El Banco de los sueños: Ensayo antropológico del soñador contemporaneo-

martes, 18 de febrero de 2014

Mi Tatuaje en la Espalda

¿Que cómo me hice mi tatuaje? Verás, me levanté, todo estaba oscuro. Todavía era de madrugada. Tenía una erección, así que fui al baño a hacer algo al respecto. Regresé a mi habitación a tratar de recuperar el sueño. Eran las 2:37 de la mañana y me quedaban exactamente 3 horas con 23 minutos para levantarme, tarea que no iba a ser nada fácil después de la cantidad de cervezas que tomé. Daba vueltas en mi cama buscando el ladito frío de la sábanas. No pude dormir, todavía tenía esta idea en mi mente. Salí al patio y escuchaba los grillos platicando entre ellos. Decidí dar un paseo. Caminaba con la cabeza baja sólo viendo mis pies. Caminé unos 15 minutos cuando, de repente, escuché un trueno. Por el susto cerré los ojos (¿Quién en su sano juicio cierra los ojos al asustarse, en vez de correr?). Abrí los ojos y levanté la mirada; no se parecía para nada a mi vecindario. ¿Había caminado dormido? ¿Estaba soñando? Era un lugar lleno de árboles y tan sólo un par de casas. Asustado, decidí ir a una casa para pedir ayuda. ¿Ayuda? ¿A las 2:54 de la  madrugada? Lo mejor era buscar una estación de policía. Seguí caminando y ni siquiera encontré una tienda, un bar, un restaurante, ni una pinche cabina telefónica. ¿En dónde estaba? 

Luego de unos minutos perdí el miedo. Mis pensamientos pesimistas invadieron mi mente. ¿Tenía algo para regresar a casa? ¿Alguien me buscaría? ¿Alguien se preocuparía? ¿Mi novia se asustaría? Bueno, en realidad era mi novia, sólo que todavía no se lo decía, así que si no se preocupaba por mi, ella no tendría la culpa. Recordé que en mi pashama había metido mis cigarrillos. Abrí la caja y me quedaban dos. Dos cigarrillos y tres fósforos. Era todo lo que tenía conmigo. Las 3:14 marcaba mi reloj de mano y había dejado de caminar. Pensé en recostarme bajo un árbol y esperar el amanecer. Encendí mi cigarrillo con uno de los 3 fósforos que tenía. Pensé que un poco de cafeína no me caería nada mal. Tuve la intención de pararme por sentir el culo mojado, pero ya no importaba nada; era un loco al que nadie creería que en un minuto estaba en su vecindario y al siguiente estaba en... en... en este lugar. Cerré mis ojos un momento y me quedé dormido. Mis sueños fueron más normales que la vida real. Abrí los ojos y para mi extremada sorpresa, tenía alas. ¿¡ALAS!? No, no, no, no. Yo nunca he tenido alas. Extrañamente, decidí seguir el juego mental que mi propia cabeza me estaba jugando. Me las empecé a tocar; eran suaves y esponjosas de color anaranjado. -"Bueno mente". Dije. -"Si me diste alas, hazme volar." Es difícil explicar como en realidad empecé a volar. Sentí como una clase de mariposas en el estómago que subieron a mi pecho y salieron por mis ojos y al tratar de seguirlas empecé a volar. Si, así empecé a volar. Jamás había sentido el aire tan puro. Comprendí que nadie en realidad puede ser tan puro, ni siquiera las personas que hemos considerado puras lo han sido. ¡Pues claro! -pensé. Somos humanos después de todo. 

Eran las 4:28 y yo seguía volando. Viajé por encima de todo el lugar y parecía que no tenía fin. Todo era lo mismo; árboles, pequeñas casas y más árboles. Pude ver una pequeña laguna y decidí aterrizar cerca. Nunca vi agua más limpia y comprendí que nadie puede ser tan limpio como quiere aparentar serlo lavándose las manos después de ir al baño. Nadie tiene la mente, el estómago, los nervios, la piel, el corazón tan limpios. Somos humanos después de todo. Vi mi reflejo en el agua. No era yo. Era otra persona. Mi mente me estaba haciendo volar mi imaginación al máximo. Por el reflejo noté que ya no tenía mis alas. Voltee a ver si era cierto y, para mis lamentos, ya no estaban. Comprendí que cuando tu mente te da alas, hay que usarlas. 

Abrí los ojos. Todo había sido un sueño. Me levanté con un sentimiento de tristeza de pensar que lo más emocionante de mi vida había sido un sueño. Pero... momento. ¡Todavía me encontraba en ese lugar! ¡¿Qué quieres de mí, mente?! ¿¡Qué me vuelva loco!? Me picaba la espalda y, para mi mayor sorpresa y placer, al rascarme noté que tenía mis alas. ¡No había sido un sueño! Y comprendí que cuando piensas que tú solo te has quitado las alas, tu te las puedes volver a poner. Volví a volar. Eran las 5:47. En menos de 15 minutos tenía que levantarme para ir a trabajar. No me importó y seguí volando. Dando vueltas por el aire vi que ya estaba volando por encima de mi vecindario. ¿Tan pronto mente? ¿Ya tengo que regresar? Comprendí que volar implica tener que regresar al suelo para accionar todo lo que aprendiste volando. Entré a mi casa y al entrar a mi cuarto, como si no hubiera tenido demasiadas sorpresas ya, me vi a mí mismo acostado en mi cama todavía dando vueltas buscando el lado friíto de las sábanas. Mi expresión era de tristeza, preocupación e incomodidad. ¿He sido así siempre? ¿Con arrugas provocadas en mi rostro? Sentí las mariposas otra vez en mi estómago subir hacia mi pecho y salir por mis ojos. Cuando salió la última mariposa cerré los ojos. No quería abrir mis ojos porque ya sabía que estaba acostado en mi cama, sin embargo, los abrí. Una vez más comprendí algo tan simple; hay que abrir los ojos. Así tengas uno, dos o tres ojos, hay que abrirlos. Para mi sorpresa cuando vi mi reloj eran las 2:37 de la madrugada, pero ya no tenía erección.

Y así, querido amigo, es como me hice mi tatuaje en la espalda. Así decidí tatuarme un par de alas con un ojo en medio ¿comprendes?

domingo, 16 de febrero de 2014

De una breve platica de deseo, chingadera y cosmovisión me recordé de éste buen texto del Maestro Galeano, no alejado de nuestra realidad guatemalteca, latinoamericana.
Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba. 

Los nadies: los hijos de los nadies, los dueños de nada. 

Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos: 

Que no son, aunque sean. 

Que no hablan idiomas, sino dialectos. 

Que no profesan religiones, sino supersticiones. 

Que no hacen arte, sino artesanía. 

Que no practican cultura, sino folklore. 

Que no son seres humanos, sino recursos humanos. 

Que no tienen cara, sino brazos. 

Que no tienen nombre, sino número. 

Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local. 

Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.
Los nadie / Eduardo Galeano.

lunes, 10 de febrero de 2014

Febrero: La Pareja

Digamos que uno quiere ponerse contra el sistema y abolir esas celebraciones absurdas... y deja de celebrarlas. Pero luego uno se pregunta ¿cambia algo? Pongamos que uno se responde "Sí, efectivamente cambia algo" -pensando optimista - "al menos cambio yo".  Sin embargo, cuando uno quiere que cambien algunas cosas más, dejar alguna idea más... proponer acciones distintas.

Ahora pues, que el ciclo mercantil del año (¿será esa la mano indivisible, digo, invisible, del mercader, digo del mercado?) nos lleva a "hablar del cariño y del amor", me propongo dejar una distinta del amor.  Idea que no es mía, traigo un poema de  Luis de Lión:

"La Pareja".

Nuestro amor es altamente subversivo
porque ni yo soy más que ti
ni para ti tú eres menos...
y aún en los momentos de la más profunda intimidad
cuando sentimos que el tiempo se detiene:
yo no soy tu opresor
tú no eres mi oprimida.

Nuestro amor es tan subversivo
que cualquiera de estos días
podrían enterrarnos
como la pareja xx.

martes, 4 de febrero de 2014

Ser y Vivir Para Contarlo

De lo que hay que ser, pedir, exigir, negar o sólo decir. Agradecida con las mentes abstractas. Lluvia de ideas.

Que diferencia habría entre ser Montesco o Capuleto. Saber que tu madre o tu padre tengan un amante. Encontrar a tu primer amor o perder al último. Llorar en el bus o a pié. Crecer en la ciudad o lejos en Petén. Nacer en el agua o con alas. Que sea el pecado original o que sea una fotocopia. Que tu pacto sea con dios o con el diablo. Que sea una potencia mundial o sólo extranjera. Que te pierdas en la carretera o te encuentres en ella. Que seas el pincel o el color mismo. Que seas mi obra maestra o el maestro de mis obras. Chupar aquí o chupar allá. Que pudo ser una gran historia sólo que ya es de la vida real. Sentir optimismo o diferenciar que es real. Que sea perdedora, columnista, feminista, pajera, soñadora, aguafiestas, calientahuevos, guerrillera o poeta. Hacer el amor ahorita o después. Seducir o tocar. Matar para después vivir o vivir para después matar. Pedir mesada por una buena chupada. Amarte a ti, a el, a ella y tener un amante. Que los abogados se aprendan las leyes que no están escritas. Ser blanco de colores o negro de uno. Decir compañero por compromiso. Perder tu cuaderno en el bus y alegrarte por eso. No tocar guitarra pero escribir cantando. Que el policía no me pida el documento, por prejuicioso mierda no me encuentra lo que llevo. Querer reventarte un bate en la cara pero no puedo por la Salud Mental. La hipocresía de las mujeres que dicen que no se masturban ni miran pornografía. Improvisar en las sequías y mejorar en la humedad. Estudiar lo que me gusta aunque no te sirva. Querer ser violeta sin dejar de ser sofía. Que entre tanta mierda no fuera sangre de la izquierda. Decir acostados lo que se calla parados. Ironía de aparentar y que te crean. Llorar riendo. Mentir amando. Frustrada sentada. Aguantarse la calentura; caliente aguantando. Silencios de silencios. Dolores de dolores. Luchar, vivir, creer utopías. Tiene igual de culpa el que mata a la vaca como el que le jala la pata. "Organizar tu vida es un juego" dice Whirlpool. "La Vida es Buena" dice LG. "Revelá tu belleza natural" dice Avon. "Coman mierda" dice Paula.

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