jueves, 29 de octubre de 2015

Las Calles son Nuestras


La calle es la mejor galería; es pública, es anónima, es de todas y todos y sobre todo es un espacio de carácter libre. La calle es una escuela menos institucionalizada y mucho más activa, en la calle aprendemos a leer las realidades de diferentes maneras, más populares, más resistentes, más confrontativas y sobre todo más críticas, que sin duda hace que al estar en ella también nos expresamos de formas más espontáneas.

Lo chilero que tiene la expresión callejera es que nos hace de alguna forma apropiamos de espacios públicos convirtiéndolos en lugares personales y colectivos, sin perder la idea de que es de todas/os. Aprovechar esta idea nos abre la posibilidad de poder hablar sobre temas importantes por medio del cuerpo, del sonido, del color, de la forma y la figura y del mismo tiempo y espacio en el que intervenimos transmitiendo un mensaje abierto a cualquiera que observe o que su atención llame.

Las pintas políticas han sido por bastante tiempo un tipo de tuiter callejero, frases directas sobre exigencias o situaciones coyunturales en pocos caracteres con las cuales nosotros/as la comunidad muchas veces nos sentimos identificados/as y que nos sirven para reflexionar, reírnos, responder o simplemente pasarlas desapercibidas.

Recuerdo ver en Xelajú después de las marchas del 1 Mayo pintas como: “mejores condiciones de salud” “PGT” “alcalde ladrón” “abajo la burguesía arriba el obrero” “condiciones de vida digna”. En la capital también vemos pintas con consignas similares sobre todo por la zona 1, el trébol y varias zonas más por donde sabemos las marchas populares se adueñan de las calles. Las pintas políticas siempre han sido un soporte a la acción propia de manifestar es otra manera de recordar dejando plasmado que ahí estamos las minorías, exigiendo, buscando, transformando.

Lo malo es que ciertos sectores han criminalizado las manifestaciones callejeras, en especial las pintas, como “actos vandálicos y abuso a la propiedad privada”, haciendo que cada vez sea normalizada esta criminalización por la población. Por ejemplo durante estas manifestaciones denominadas “pacíficas” que se llevaron a cabo en el país exigiendo la renuncia de los malparidos  presidente y vicepresidenta, una de las consignas para hacerla pacífica era que no hubieran pintas o se “rayarán” paredes, estigmatizando a este tipo de manifestaciones como formas violentas de expresión.

Pero aunque sea visto como una manera violenta de expresar, sabemos que las pintas seguirán porque LAS CALLES SON NUESTRAS y está en nuestra necesidad y derecho expresarnos en ellas.

En San Cristóbal de las Casas, Chiapas esto dicen las paredes.




























domingo, 18 de octubre de 2015


Hay tareas que sin número de Carné se ven mejor. 
Gracias P.


¿Qué es peor que no lograr terminar un poema/ensayo/cuento/oración/palabra/frase/idea/beso? La necesidad de hacerlo...

¿monólogo narrado? ¿cuento? ¿? ¿chiste mal contado? ¿poema mal rimado?


*Inserte título*


Son ciclos, son vidas son momentos
Son ciclos son vidas son momentos
Son ciclos son vidas son momentos.
Son ci…
Ella repetía, borraba, escribía.
Son ciclos son vidas son momentos
¡puta! Gritó.
¿Qué es esto? ¿Qué pasa? Va. Hoy no es el día. Ultimamente ninguno lo es… pensó
No durmió. Olvidó cómo era hacerlo. Hacía ya bastante que no lo hacía del todo.
Una vez más. Dijo. Hoy sí. Suspiró
Era tan bello. Lo tocó, por un momento lo sintió suyo, sonrió.
Es mío, pero no lo entiendo. No, no es mío… ¡Pero lo quiero!
Son ciclos, son vidas, son momentos

Día y noche le daba vueltas. Se acercaba, pero le temía. Se alejaba, pero era difícil de descifrar. Eran pequeñas piezas que se movían y se burlaban, le extendían la mano y se la quitaban.
No está completo, no está completo. Está incompleto
Estoy incompleta

¿Vos lo entendés? Es una mierda. Pero es hermoso.
¿qué estoy haciendo?¿qué estoy haciendo?  Ella no sabía, no habían respuestas. No para esto.
Para lo demás, tenía miles. Las modelaba, las pintaba, las soplaba y volaban libres. Se sentía con vida. Pero entonces recordaba…
Recordaba que son ciclos, son vidas, son momentos… son ¡ahhh! Sentía muerte.
Mas no moría, era esa muerte que da más vida…

¡Bueno! Hoy sí… son ciclos, son vidas, son momentos ¿Por qué no avanza?!
Las lágrimas rodaban, las cajetillas se terminaban… y ella continuaba. Pero mientras continuaba, su piel se hacía sensible, sus ojos descubrían nuevos colores, su boca sentía nuevos sabores. No lo entendía.  Pero lo amaba.

Se sentó, se paró, hizo acrobacias, se sentó de nuevo.
Son ciclos, son vidas, son momentos
Son… son  letras, son palabras
Son luchas y caminares
Son madres, que viven. Viven y ríen, viven y lloran. Viven por ellas y por sus corazones.
Son ternura e incertidumbre. Pero son decisiones, son profundas en sus reflexiones.
Son amigas, son hermanas. Son sueños. Son compartir sin siquiera hablar, son conocer son perdurar.
Son alegría, son fantasía.  Son corazones abiertos que albergan almas, que tienen miedo, que tienen frío.
Son ciclos, son vidas, son momentos. Son ciclos, son vidas son momentos
Son sencillez, son carcajada. Son fé, son generosidad.
Son Academia, son experiencia, son marcadores de colores, son indescifrables, pero extrañamente entrañables. A veces duelen, a veces confortan. Son pasión, son amor.
Son lugares, son otros y otras.
Somos nosotras.
Somos ciclos, somos vidas, somos momentos.
Se puso de pie, dio un paso atrás. Era suyo, era ajeno. No lo entendía, podía explicar cada parte. Era confuso, pero estaba claro.
Pero por sobre todo, estaba inconcluso.  

Como muchos ciclos, como muchas vidas, como sus momentos.

A ellas 6...

jueves, 15 de octubre de 2015

¿Qué proyecto de vida?

Estuve pensando mucho en los comentarios con que acompañaría estas imágenes.  Pretendía hacer un análisis amplio de cómo los medios de comunicación tradicionales ofrecen pocas oportunidades para pensar un proyecto de vida fuera de los cánones ideológicos del capitalismo y el patriarcado.
Me gana el tiempo, que fluye y se escapa.  Y me deja apenas la opción de compartir con ustedes las imágenes y el contexto en que se crearon.

Fue en el curso de Psicología de la Comunicación Social.  La instrucción fue que en grupos y con recortes de los periódicos que llevaron a clase, debían narrar la vida de un personaje (ficticio) o una persona (real), en un papelógrafo.

Estos son los resultados (al hacer click, las imagénes se amplían):