martes, 29 de enero de 2013

¿Juicio?


Claro que fue muy importante escuchar la noticia.
Pero ¡qué ganas de haber estado allí!
Por que fue alegre al corazón ver su pena en las fotos.
Pero ¡que ganas de haberle visto allí!

Allí en la silla de acusado
allí en la silla sin poder.
Allí en la justicia que a tantas negó
al permitir y promover el genocidio.

sábado, 26 de enero de 2013

Argumentos sobre un diario

Desde adolescente quise tener un diario.  Tuve varios que quise iniciar y que en mi fantasía de ser leído por saber quién pretendía siempre empezar por mi historia familiar.  ¡Como si a esa edad fuera posible! La verdad es que ahora sé cosas de mi familia que me hacen pensar que lo que escribí entonces no era verdad, o mejor, no era toda la verdad, no era la verdad importante.  No sé dónde están ahora esos diarios fallidos.
Pero, todavía adolescente a los 17 años empecé un verdadero diario, contando lo que vivía y sobre todo lo que sentía y pensaba más o menos a diario.  Aquel cuaderno de pasta gruesa y azul tampoco sé dónde está.  Me lo robaron de camino a Tajumulco, junto con el regalo de cumpleaños que llevaba para un amigo; fueron las únicas dos cosas que sacaron de mi morral mientras dormía en el bus: un cuaderno y un juego de brocas para madera, metal y concreto.
El habito encontró otros cuadernos, casi todos azules, algunos que yo compré, otros que me fueron regalados; he tenido diarios de diversos tamaños, de un cuarto de carta, media carta, carta y otras medidas que no tienen nombre, de cuarenta hojas, de cien y de más... han servido para los mismo fines servilletas de papel, hojas reusadas y otras superficies adecuadas para escribir.  Algunos se han llenado muy rápido, el actual lleva más de año y medio y no he pasado las 100 hojas media carta.... Esa es la cuestión a la que quería llegar. 
Por definición en los diarios se escribe a diario, pero no creo que sea así cuando se trata de diarios personales.  A veces he querido escribir tanto que no encuentro cómo decir, que la escritura me parece lenta; otras veces las reflexiones me parecen poco para escribirlas en un diario, a veces son sólo descripciones de hechos como una lluvia de ideas y otras se trata de reflexione extensas... en fin, a ratos aprovecho mejor los diarios que he llevado.
Quizá cuando más me han servido no es al ser escritos, sino al leer lo que tiempo atrás ha ganado al desánimo, la extensión o a lo que sea, y ha alcanzado un lugar en esas páginas.  Lo mejor de un diario -para mí -no es escribirlo, sino leerlo.  Allí es donde de verdad un diario resulta útil, cuando se convierte en fuente de memoria.  Supongo que con los blogs puede pasar lo mismo, a veces se escribe más y/o mejor que en otras, a ver que tal me va en esta otra forma de hacer memoria.
Con todo esto viene a mi mente un texto que me parece ejemplar pues me resulta admirable cuando alguien logra escribir a diario y logra "guardar memoria" de sus vivencias.  En muchos otros aspectos el texto tiene riquezas y demuestra valores admirables, yo lo compré en una feria del libro, para celebrar mi contratación como docente universitario, me refiero al Diario del Ché en Bolivia.

viernes, 25 de enero de 2013

Algo así como se "abrió paca" o "¿Qué busca? ¿Pase Adelante?"


Hace rato que vengo pensando en este blog, una especie de caja de retazos en la que quisiera ir dejando ideas -aunque sea inconclusas -y ponerlas a disposición para que se puedan aprovechar.  Espero que sea una caja en la que caigan también sus retazos, pedazos de pensamiento que se puedan hilvanar y luego coser para formar manteles, cortinas y sábanas para alimentar, alegrar y cobijar sueños y realidades.
El espacio es mío, pero es para todos y todas, ¡aproveche! y deje caer los retazos, y ojalá también las prendas-ideas más complejas e integradas, los trabajos avanzados o quizá terminados; que pueda ser una especie de lugar virtual para poner en común lo que en otros espacios estamos haciendo y para ver si entre los retazos que alguien dejó hay ideas que nos gustan.