lunes, 25 de enero de 2016

Cadáver Exquisito 3

La sangre que recorre nuestras venas
alterando la condición humana.

Humana, el anhelo profundo de la actual
civilización, esa que trajo cerveza y ron
porque también se vale.

Vale la claudicación del Ser.

Ser de esencia existente pero casi
ignorada, recordada pero voluntariamente
olvidada.

(12/01/2016)

Cadáver Exquisito 2

El 25 de enero resurge
resurge de lo profundo de los
deseos que invaden el consciente
Humano.
Que sueña y crea.

Crea la absorción del todo continente
continente como ninguno, como
todos involucrados crean diversidad
diversidad
      que une.

(12/01/2016)
En Pasaje LaTatuana

viernes, 22 de enero de 2016

Alicia

Alicia es una educadora de nivel medio. Por varios años ha impartido varios cursos del área lingüística a los y las estudiantes de 5º Bachillerato de un centro educativo privado. A lo largo de su experiencia ha observado un fenómeno que le llama la atención; las diferencias en el rendimiento académico de estudiantes hijos/as de parejas no comparten profesión en relación a estudiantes hijos/as de parejas de la misma profesión. Al finalizar el ciclo escolar decide ahondar más en dicho fenómeno y se propone realizar una investigación al respecto.
Después de haber tomado la decisión de iniciar un proceso de investigación, Alicia se da cuenta que para poder llevarlo a cabo necesita disponer de un presupuesto que cubra los gastos que este representa, así que se dispone a buscar fuentes de financiamiento; entidades interesadas en el área en la que realizará la investigación que ofrezcan un subsidio para que el tema pueda estudiarse. Tomando en cuenta los elementos que, según su criterio, son los más relevantes en el tema, estructura el proyecto de investigación que presentará para solicitar financiamiento.
Una vez elaborado el proyecto, Alicia se acerca a varias entidades involucradas en el área educativa, entre las cuales encuentra tres interesadas en lo que les plantea: El departamento de investigación de la facultad de Educación de una universidad, la delegación de gestión de proyectos e investigación educativa del Ministerio de Educación y Un organismo internacional que conduce programas de innovación educativa en el país.
Haber encontrado tres posibles fuentes de financiamiento representa para Alicia un gran incentivo que le confirma que hay más personas interesadas en el tema que ella desea investigar; que lo consideran relevante y más aún, que la consideran apta para investigarlo. Sin embargo, el entusiasmo inicial de Alicia se va disipando… Ella se da cuenta que si bien comparte una visión sobre el objeto de estudio de su investigación con sus posibles fuentes de financiamiento, estas difieren entre sí de lo que solicitan que el proyecto contenga para que este sea tomado en cuenta. Aún peor, el contenido del proyecto según los requerimientos de estas entidades difiere también de lo que ella había planteado inicialmente.
En fin, en el afán de llevar a cabo la investigación, Alicia diseña diferentes proyectos según le solicita cada entidad. Para la Universidad, se ve en la necesidad de elaborar un complejo y detallado marco teórico, a presentar una tabla de indicadores según los objetivos planteados y a delimitar desde una perspectiva académica la justificación de la investigación. Para el Ministerio de Educación, se ve en la necesidad de plantear una hipótesis dentro de su proyecto, así como una proyección estadística de las implicaciones que los resultados de la investigación podrían tener en términos de inversión en recursos didácticos para el Ministerio. Para el organismo internacional, la hipótesis no es necesaria, ni lo es el marco teórico. En su lugar, solamente le solicitan delimitar los cuatro conceptos más importantes en la investigación. Por otro lado, le solicitan que adjunte a su proyecto cartas de las instituciones en donde pretende realizar el trabajo de campo en las que evidencien estar de acuerdo con este y bajo qué términos permitirán el acceso a la investigadora.
En este momento de la investigación, Alicia se encuentra a sí misma frustrada por los constantes cambios solicitados a sus proyectos y aburrida de presentar una y otra vez lo mismo. Después de haber modificado mucho de lo que inicialmente pensó que sería su investigación, el organismo internacional aprueba su proyecto y le da luz verde para iniciar su trabajo de campo.
Motivada de nuevo, Alicia inicia la segunda fase de su investigación, se acerca a varios institutos y colegios y hace uso de una serie de instrumentos que le permiten obtener la información necesaria en términos estadísticos pero también conocer la relación entre los números obtenidos y la dimensión afectiva de los sujetos/as de la investigación. Es allí en donde su experiencia como docente, completamente alejada del campo de la investigación, le permite comprender desde varios ángulos a los y las estudiantes participantes del proceso. Mientras realiza el trabajo de campo, que vale resaltar sí es lo que imaginó inicialmente, se encuentra con una serie de imprevistos como dificultad para reunirse con autoridades de los colegios e institutos, imposibilidad de entrevistar a algunos padres y madres de familia, traslape de horarios y actividades, etc. pero a pesar de ello, concluye con éxito el trabajo de campo.
Una vez terminado este proceso, Alicia se dispone a iniciar la tercera fase de esta investigación; la redacción del informe de investigación. Una vez más, guiada por los lineamientos de quien la financia, realiza el informe en un tiempo relativamente corto y después de varias revisiones y modificaciones, este se imprime y se prepara para su difusión. Al final ¿qué objeto tendría realizar esta investigación si sus resultados no van a ser difundidos?
Alicia redacta un resumen y un pequeño artículo sobre la investigación y se prepara para una entrevista sobre la misma. Al conversar con la institución que financió el proyecto sobre a quiénes se les daría a conocer el informe, Alicia se da cuenta de que la difusión no tiene caso si no se da a la audiencia correcta, de poco sirve presentar el informe a personas que no tienen injerencia directa en el área educativa; que no tienen la posibilidad de utilizar la investigación como un insumo para transformar y mejorar las prácticas docentes…

Resignada a utilizar los espacios de difusión disponibles, realiza varias entrevistas en radios locales. En una de dichas entrevistas, recibe la grata sorpresa de recibir la llamada de la coordinadora académica de un instituto público que casualmente no había tenido clases esa mañana y que al escuchar sobre la investigación realizada, decidió contactarla para poder conocer los resultados y poder, en base a ellos, diseñar programas para disminuir las diferencias en el rendimiento de sus estudiantes.

¿La visita fue la clave?

Francisco había tenido muy buenos trabajos, en general le habían buscado para ofrecerle empleo y le había ido bien.  Pensaba que esta crisis pasaría pronto.  No era una crisis económica, pues Francisco fue muy buen administrador, prudente en sus gastos y pensó siempre en aquello de “el que guarda siempre tiene”.  La crisis era más bien por el tiempo perdido.  Ahora que tenía “vacaciones obligadas” se aburría bastante y consideraba que su talento se desperdiciaba, por eso, sobre todo por sentirse dejado de lado, buscaba empleo.  Aquella semana empezó a buscar en los clasificados, pues hasta entonces su búsqueda consistía en enviar su CV a cuanta persona conocía (y no eran pocas) que pudiera ayudarle a encontrar un empleo.  “Aunque sea mal pagado” empezó a poner en los correos electrónicos el último mes.
La búsqueda en clasificados parecía una medida desesperada, pero Francisco encontró en ella una forma de entretenerse.  Le dio por leer todos los clasificados, incluso los de alquileres y los de colegios.  Esa tarea dio su fruto.  Encontró un anuncio de una institución para la cual había trabajado, fueron dos meses, pero había trabajado ahí.  Leyó con atención y envió su CV acompañado de todos los requisitos que le pedían en aquel breve anuncio: Carné de NIT, constancia de colegiado activo, antecedentes penales y policíacos, digitalización del título (por ambos lados) y sobre todo su propuesta de investigación.
Sólo después, al llega al trabajo de campo Francisco valoró en su justa dimensión la importancia que el tema de investigación tenía para el país.  En las “tres páginas (máximo)” que el anuncio le autorizaba a escribir para exponer un “Plan de Investigación” no lograba hacer planteamientos profundos, sino apenas plasmar las ideas más generales que tenía sobre las “Oportunidades y Retos para Educar sobre la Importancia de no Verter Aguas Negras al Río Jacintío, en la comunidad Altísimo Belén”.  Francisco imaginó muchísimas formas de educar,  pensó en las oportunidades que él veía y también en los retos que con facilidad identificaba.  Pero el anuncio era claro: “Investigación Participativa”.  De eso, no sabía mucho, pero sabía dónde encontrar información, más bien: a quién preguntarle.
Francisco escuchó de su asesor metodológico, Hernán, quien era amigo suyo desde los años en que empezó a estudiar en la universidad, que las investigaciones participativas se desarrollan en colectivo, según el ritmo y las necesidades de quienes se ven afectados por los problemas que se quieren resolver.  Por eso, en su Plan de Investigación, no aparecían todas las ideas que tenía para ayudar a educar en un tema tan importante, más bien, como le había aconsejado Hernán, se centró en proponer cómo acercarse a las personas para que ellas identificaran lo que debían hacer para educarse y proteger sus recursos naturales.
La llamada la recibió al día siguiente de haber enviado el correo.  Estaba leyendo los clasificados, cuando el teléfono lo interrumpió y una vos femenina, con mucha prisa, le explicó que la consultoría urgía y que su Plan era de los cinco que escucharían al día siguiente para elegir a tres personas que deberían presentar su proyecto de investigación.  Aunque él no entendió mucho, ella dijo dos veces para que quedara claro: “No recibirá honorarios por elaborar el proyecto, sólo se le pagará a quien gane la consultoría”.
Al día siguiente los nervios le ganaban, estaba en la sala de espera de una oficina de lujo, era la primera vez que iba a una entrevista sin estar seguro que el trabajo era para él.  Eso mismo le dio confianza, más o menos, pues se dijo: “No puedo perder este trabajo, pero sí me lo puedo ganar”. Había calculado mal el tráfico, así que llegó muy temprano y eso no le gustaba porque alargaba el tiempo de espera, aprovechó a ensayar en su mente la presentación que haría mientras fueron llegando las demás personas que también presentarían sus Planes.  Para su sorpresa, había personas de edades muy variadas, un joven que no despegaba ni la vista ni los dedos del teléfono; una mujer que quizá sería uno o cinco años mayor que él, que revisaba su teléfono como esperando una llamada, mientras balanceaba su pie sobre el tacón; otro hombre, ni tan joven ni tan viejo, que parecía presumir una tablet con la cual repasaba una y otra vez su presentación.  Él despertó en Francisco un temor: no traía ninguna presentación, ni en Power Point, ni en Prezi, ni en papel…
Para sorpresa de todos, incluyendo a la otra señorita que llegó un poco tarde a la entrevista y se unió al grupo cuando ya estaban en la sala de reuniones, la presentación la harían en presencia de los demás candidatos –“Y candidatas, había completado en voz baja la mayor de las mujeres” –debía ser una exposición rápida, sin la ayuda de ningún material.  El principal evaluador había dejado muy claro: “Deben convencernos de que saben de qué hablan y de que quieren hacer este trabajo”.  Dos días después cuando el evaluador llamó a Francisco para pedirle que preparara el proyecto, le explico que en la comunidad Altísimo Belén hay mucho frío y no hay acceso en vehículo: “Pero vos, podés aguantar esas condiciones”.  Parecía pregunta, a la vez que afirmación, así que Francisco no sabía cómo responder, hasta que su interlocutor dijo, “Sólo bromeaba, el frío sí te puede congelar, pero carro sí llega, no tengás pena.”
Al hablar con Hernán, sobre qué poner y qué no en su proyecto, Francisco tenía más preguntas sobre cómo era Altísimo Belén, cómo llegaría hasta allá y si aguantaría el frío.  Al leer el anunció imaginó un río fresco, cruzando un bosque cálido y muchas personas bañándose en él, ahora la imagen se parecía más a una pista de patinaje sobre hielo, que a un balneario en la naturaleza.  Distraído por esto, Francisco debía preguntar y volver a preguntar varias veces lo mismo a su asesor.  Hasta que él le dijo: “¿Vos ya fuiste a ese pueblo? Deberíamos ir, tal vez eso nos ayuda a entender porque te van a pagar tanto por este trabajo”.
La visita fue la clave.  Francisco escribió el proyecto en dos noches de desvelo, claro, luego Hernán pasó otras dos corrigiéndolo, pero es que Francisco pasaba el día imaginando que, terminada la consultoría, podría vivir un par de meses cerca del río Jacintío, eso sí, en la parte baja de la montaña en que se encontraba Altísimo Belén, pues razón tenían de haberle llamado Altísimo.  Sus ganas de volver le ayudaron a escribir sobre la importancia del proyecto, sobre cómo el cuidado del ambiente debe ser un esfuerzo comunitario y otros temas que ya conocía bien, pero que ahora tenían una imagen real asociada.
El proyecto de Francisco, como imaginará quien nos lee, fue el ganador.  Nuestro protagonista debió corregir varias veces algunos aspectos, pero encontró con facilidad las palabras necesarias.  Sabía que tuvo buen apoyo de su asesor así que cuando su proyecto fue aprobado y recibió un porcentaje de los honorarios como adelanto, pudo pagarle a Hernán por su servicio y convino con él que también colaboraría con la redacción del informe.
Ese informe lo iniciaron cuatro meses después, cuando Francisco ya había terminado el trabajo de campo en Altísimo Belén y otras cuatro comunidades más, las que le recordaban las aldeas que se representan en los nacimientos con pequeñas casitas de cartón, pues eran en realidad caseríos que se han formado cuando las familias crecen y se van estableciendo en los pequeños trechos planos de las montañas.  En fin, con aquellas familias, Francisco pudo platicar durante cuatro meses de las oportunidad y los retos que representa cambiar las costumbres de un pueblo conservador como Altísimo Belén.  Tenía mucho aprendizaje y no todo cabía en las veintiséis páginas de las que disponía para los resultados del estudio.  Las otras cuatro era para ilustraciones, demasiado retocadas para su gusto, del río Jacintío.
Recortó y recortó todo lo que pudo, hasta que, un mes después de terminar el trabajo de campo (tal como precisaba el proyecto) logró que los resultados cupieran en esas páginas, que la metodología no se extendiera más de dos y que aquel amplísimo marco teórico que incluyó en el proyecto, se viera reducido a las cinco páginas que podía ocupar en el informe.
El evaluador principal, le felicitó al terminar la lectura y le dijo: “lo bueno de un informe corto, es que la gente lo lee”.  Francisco no estaba muy seguro de que fuera suficiente razón para recortar tanto de lo mucho que había aprendido, pero “donde manda capitán…” así que asintió en silencio y se preparaba para salir de la lujosa oficina, cuando el evaluador le dijo: “En dos semanas, cuando la imprenta lo entregue, vamos a tener un evento para presentar los resultados.” Francisco pensó en las comunidades que ahora conocía y recordó que pocas personas saben leer allá, por eso su expresión fue de confusión.  El evaluador le comprendió y dijo: “El evento es para los donantes, para que vean que sí se puede salvar ese río.  Por supuesto que en Altísimo Belén, hay que implementar este proyecto, pero para que nos apoyen con más plata, hay que convencerlos de que se puede”.
Así fue como Francisco comprendió que su trabajo, que era suyo, de Hernán y de la gente de aquellas comunidades, sí tendría un impacto real; que no era sólo un proyecto para ejecutar los fondos como Hernán creía, sino que, traería más fondos que podrían usarse para proteger el río.  Se alegró auténticamente y le dijo a evaluador: “Si hay que convencerlos le tengo una propuesta: déjeme llevarlos allá” “¿Allá al Altísimo?” preguntó el evaluador, “No, allá al río Jacintío. Luego de la visita les explicamos los retos y enfatizamos las oportunidades”.

Claro, el plan de Francisco funcionó, consiguieron el dinero para implementar un plan de acción comunitaria para la protección del río Jacintío, no sólo en Altísimo Belén y sus cuatro aldeas cercanas, sino en las doce aldeas de la cuenca.  La visita fue la clave.  

miércoles, 6 de enero de 2016

¿Qué nombre le ponemos? (¿Qué nos traen los reyes?)

La necesidad de marcar el tiempo seguramente nos surgió -como especie- con la observación de los ciclos de la naturaleza.  Así, los cielos y las estaciones seguramente tienen que ver, yo creo que, más que el sol y la luna.  La repetición diaria del sol, la repetición mensual de la luna, como la intermitencia de las nubes son ciclos tan breves que apenas nos dejan pensar y extrañarles.
Los ciclos del cuerpo humano, como la respiración, las pulsaciones, el ciclo: ingerir - digerir - cagar no llama nuestra atención.  Quizá la menstruación, por esa asociación de la sangre con el dolor y el peligro, sea el que más nos llamó la atención.
Por cierto, ese ciclo no es de 28 días "por naturaleza".  Quiero decir: no siempre ha sido así.  Hay una historia detrás de la frecuencia con que una mujer menstrúa.  No es sólo una historia personal, o familiar; tampoco me refiereo sólo a la historia cultural, estoy hablando de la historia de nuestra especie. El proceso por el cual empezamos a tener relaciones sexuales sin que haya posibilidades "naturales/reales" de reproducirnos, es decir, cuando el sexo se nos descubrió como placer y empezó a dejar de ser instinto reproductivo.

(este link presenta algunos argumentos sobre la menstruación que resultan muy interesantes:
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/05/150428_vert_earth_mujeres_menstruacion_yv )

Así, el ciclo menstrual ha tenido diversas explicaciones y afectos asociados.  Lo mismo ha sido con los ciclos estacionales.  Y el modo de llevar la cuenta, el momento que se elije para "iniciar" el ciclo y de construir ritos al rededor de esos momentos simbólicos es una construcción sociocultural (redundo: histórica).
Digo, quemar cohetillos o fuegos artificiales (juegos pirotécnicos), luces chinas el dragón, o contar en reversa los últimos diez segundos de un año, reunirse para "vivir el cambio de siglo" (yo viví ese cambio y nada cambió), etcétera, son puros ritos que sostienen los valores y símbolos del sistema social que los produce.  Y ojo, no es una crítica a esos valores, sino una descripción del hecho.  Si me opongo a los valores y símbolos de este sistema, ya es otra cosa.

(este link sobre el "fin de siglo" me dejó más preguntas sobre el tema del cambio de ciclo [siglo, ciglo, ciclo, siclo, siglo, ciglo, ciclo, siclo...] https://es.wikipedia.org/wiki/Fin_de_si%C3%A8cle )

Todo esto para contar algo más íntimo y familiar.
Anoche mis hijos nos propusieron repetir el ejercicio del inicio del año pasado:
-Hagamos eso que hicimos el año pasado.
-¿Qué cosa?
-Que cada quien dice lo que quiere hacer este año, en qué quiere ser mejor y qué quiere cambiar.
-Ahh, buena idea, ¿quien empieza?

No sé ahora quién empezó, pero fue hermoso escuchar sus propósitos, llenos de amor y de esperanza.  Propusieron cosas como cuidar el cuerpo y disfrutarlo, estar más tiempo jugando, aprender de sus maestras y de sus compañeros [por si no lo notan, esa afirmación es más horizontal que la idea general sobre educación que tienen les alumnes de la universidad en la que trabajo], mantener mejor ordenadas las cosas de la casa "para que sea más fácil encontrar todo".  Y otras esperanzas entre lo trivial y fantástico que llena la vida infantil.  Nada de "Paz mundial" porque la guerra no les ha aparecido como problema, ni como posibilidad.  La guerra sigue siendo la de las galaxias.
Luego, el otro momento, también repitiendo al año pasado:
-Ahora decimos lo que queremos que los y la otra mantengan, lo que queremos que cambie y lo que se nos ocurre que podría gustarle.
-Pues yo sí quiero cambiar algo: no quiero enojarme tan fácil, noté que este año al menos tres veces, tampoco fueron muchas, pero sí me enojé por cosas que valían la pena.
Seguramente la película Intensamente algo nos fue dejando.  Por ahí íbamos, con el rito del cambio de año, hablando de cómo somos y qué queremos ser, cuando uno de ellos nos recordó otro rito que mantenemos:
-¿Qué nos traen los reyes?

De haber sabido, le contesto:
-Nos traerán la aprensión de trece exmilitares que produjeron muchísimo dolor.  Y luego, habría dicho: "los reyes no nos lo traen, la gente que lucha por un mundo mejor nos lo está preparando, desde hace años.  Los reyes, quienes piensan como tales nos traen pobreza y miseria en siglas como SMD.  Y por cierto, esos que piensan así, se toparon con esta otra noticia:

https://comunitariapress.wordpress.com/2016/01/05/la-puya-consejo-municipal-de-san-pedro-ayampuc-verificara-cierre-de-empresa-minera/

http://www.s21.com.gt/cierran-proyecto-minero-puya/2016/01/06/cierran-proyecto-minero-puya

A ver si tenemos más días de reyes.  Aunque, pensándolo mejor, pongámosle otro nombre.
*búsca efemérides y se topa con un montón de reyes:
http://www.hoyenlahistoria.com/efemerides/enero/6 *

¿Qué nombre le ponemos?