Se los comparto, así sin título porque así lo recibí.
Estamos aquí
una frente al otro,
él me ha visto, yo tiemblo,
se acerca, su inmensidad me hace sentir
pequeña,
en sus ojos se adivina la furia,
en los míos, el miedo.
Siento el impulso de correr,
las ganas de salir huyendo,
mas, no
puedo.
Entonces el toro y yo, frente a
frente,
él clava sus ojos furiosos en los
míos,
brama, nos vemos,
sé que la embestida está a punto
de llegar
y sólo puedo esperar,
por fin me arrastra,
duele, me despedaza....
Y ya al final lo poco que quede
de mí
tendrá que levantarse...
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