Cuando escribo esto: si el mundo se
detiene, seguro me caigo.
Y quizás no trataría de levantarme.
Quizás me quedaría sentado, o caído…
Tal vez me dejaría caer, si es que no me
caigo.
Tal vez, cayendo, por temor o por
orgullo, pensaría en levantarme,
pero seguro que en el piso, me decido a
quedarme.
No es depresión.
No es negativismo o pesimismo.
No es cansancio, ni desgano.
No es miedo.
Es que hoy es uno de esos días en que la
noche será larga,
no para el descanso, sino para el
trabajo.
Y mañana debe alcanzarme para terminar
lo pendiente,
para mejorar lo malogrado,
para decidir lo pospuesto,
para cumplir las promesas y realizar los
sueños,
para contagiar de entusiasmo y celebrar.
Mañana será un día corto,
no me alcanzará el tiempo para nada…
Y si no dejo de escribir estas
reflexiones
la noche también, aunque larga para el
trabajo,
será muy breve en logros…
¡Qué bueno! que a mi lado
Te desvelas amor,
Dedicada al trabajo
por un mundo mejor.
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