Dentro de nuestro contexto social, a lo largo de nuestro
cúmulo de años, hemos sido, somos y seremos influenciados en cierta magnitud
por las interacciones presentes en el sistema de funcionamiento social (del
cual su beneficio es puesto a crítica) en el cual estamos inmersos. Esta
inmersión no constituye necesariamente una posición fija y determinada sin
posibilidad de cambio o nuestra capacidad de brindar aportes a la dinámica
social y sus nociones presentes de manera tácita en la mayoría de nosotros. Sin
embargo, el sistema social existe y subsiste a partir de lo que reconocemos
como Instituciones Sociales. Debemos evitar caer en el absolutismo de que un
sistema social se sostiene de las instituciones sociales y se sirve de ellas.
Es importante sugerir que como son la red que sostiene el sistema social (por
la interrelación que mantienen y la forma en que plantean un esquema muy común
entre todas) en tanto se afecten las bases y nociones principales de las
Instituciones Sociales, se podrá gestar un conocimiento social (mas aun, un
funcionamiento social, un sistema) que a través de ellas transmitirá una
formación si no diametralmente opuesta a la actual, al menos con esbozos al
mejoramiento de la situación que impera en la dinámica social dentro de nuestra
realidad latinoamericana. Es entonces que nos vamos percatando de la manera en
que a lo largo de nuestra experiencia vital en sociedad, hemos sido
influenciados de manera sustanciosa por todas estas nociones transmitidas por
cada una de las Instituciones Sociales (si bien todas son parte del sistema
social y nosotros somos parte de la sociedad que funciona a partir de este
sistema, no necesariamente tendremos que haber sido influenciados por todas y
cada una de ellas. Pero invariablemente de esta posición, si tendremos una
fuerte manifestación del efecto que algunas han desarrollado en nuestra
concepción de la realidad social). De esta forma, podré plasmar en las
siguientes líneas la influencia que han tenido en mi y como he formado mi
postura frente (o al lado) de ellas.
Ante todo es necesario analizar la forma en la que
concibo la dinámica social y catalogo el funcionamiento de ésta en la actualidad.
Partiendo de ahí podré ver la forma en que la influencia de la familia,
iglesia, escuela y estado (siendo las instituciones que han estado con mayor
relevancia a nivel consciente en mi formación) han contribuido a mi perspectiva
de la realidad. Puedo aseverar que reconozco la realidad sensible y la
reflexiva, sustentando que es posible conocer la primera para llevarla a la
segunda. Siendo la última el perfeccionamiento del conocimiento de la primera.
Las relaciones de género y los roles atribuidos tanto al hombre como a la mujer
han sido nociones que me fueron enseñadas dentro del entorno familiar y que
constituyen una forma que reconozco válida: el hombre aporta sustento económico
al hogar, pero una mujer al lado con la misma actividad (y capacidad) le
complementa (y en ocasiones, primordialmente se constituye la mujer el punto de
mayor ingreso económico). El primero lava ropa, utensilios de cocina, plancha y
realiza quehaceres del hogar (enseñando a los hijos varones los mismos hábitos)
fueron enseñanzas valiosas en las cuales puedo reconocer un terreno adecuado
para cimentar las nociones de la igualdad de derechos y la posición de la mujer
en la sociedad. La iglesia ha proveído de la mayor formación de valores y
comportamiento (de mano con la familia) en las cuales se manifiesta la
autoridad principal e innegable del representante divino. La iglesia ha
planteado en mí una formación que en ocasiones ha sido confrontante con cierto
esquema de pensamiento propio. La escuela influenció de manera importante hacia
mis nociones de éxito, competencia y victoria sobre los demás. La idea del
Estado ha sido eso mismo a lo largo de mi existencia (hasta hace poco tiempo)
al constituirse como algo que existía y tenía tal importancia que
indistintamente a no reconocer su valor e influencia en mi, debía mantenerse y
defenderse.
Cada una de las
Instituciones Sociales que han influido en mi formación e inmersión social, han
aportado una serie de valores los cuales se han visto reafirmados por el tipo
de transmisión que tanto familia, escuela, iglesia y estado han hecho. Todas
ellas han contribuido de manera significativa en el fomento e introyección de ellos,
dentro de los cuales cabe mencionar: el respeto, que en realidad y en
dependencia de la institución que lo reforzó (aunque al final, la interrelación
refuerza una noción entre instituciones) crearon en mi una visión de un
cumplimiento orientado más hacia el comportamiento mecánico y obligado de
ciertas actitudes y roles que son “los adecuados” para mí. La disciplina formada
constituyó también un comportamiento “adecuado” mediante el cual se me reprimía
de realizar actividades que yo quería. Recuerdo la única vez que fui
“corregido” por manifestar actividades fantasiosas de juego. El resultado fue
una represión no solo desde afuera, sino desde mi interior, sobre el cual me
impedía realizar ciertas actividades. La tolerancia fue otro de los valores
reconocidos que las instituciones sociales influenciaron en mí. El amor y
afecto fueron también aplicaciones impuestas más que fomentadas y desarrolladas,
de modo que al momento de reflexionarlas fueron sencillamente modificadas o
desechadas. Sin embargo, no han constituido únicamente una valoración
superficial, sin profundidad de las cosas; también han llevado a que considere ciertas
nociones como la verdad, la tolerancia, la solidaridad, pero que han partido
más bien de la crítica a la formación de valores de las instituciones que de
los valores transmitidos en sí por ellas.
No solamente es la formación de valores lo que las
instituciones sociales transmiten. Los valores son, cimiento para una serie de
continuidades y transformaciones sociales que todas y cada una de ellas
transmiten e inculcan en cierta magnitud. Es entonces como nos percatamos que
en el esquema de familia y la formación que promueve sustenta la continuidad
sobre la diferenciación de la autoridad del hombre sobre la mujer y la sumisión
que ésta debe tener hacia el primero. La toma de las decisiones del padre como de
acatar sin lugar a crítica o modificación por parte del resto de integrantes.
El sostenimiento de una familia monogámica y heterosexual que sin importar el
funcionamiento interno, debe reproducir el esquema social que impera. La escuela sustenta un patrón similar pero con
la distinción de que las continuidades son transmitidas a modo de necesidad hacia
su realización para encajar adecuadamente en la sociedad. De este modo se
transmite la individualidad y la medida del éxito bajo criterios de “el que más
tiene”, transmitidos al funcionamiento social regular (el que más puntos tiene
- - el que más dinero tiene). La iglesia ha sido otra institución que transmite
esta falta del criterio comunitario y el involucramiento de todos y cada uno de
los integrantes de ésta. El Estado a pesar de poseer una base legal que debería
considerar como patrón (en aspectos relevantes y de importancia social,
reconocemos que también la ley necesita transformaciones), burla la
representatividad y se convierte en otro eje de sostenimiento a la opresión y
sometimiento de las mayorías a las minorías privilegiadas en el país. Las
transformaciones sociales son propuestas por instituciones sociales que de
igual manera sostienen al sistema, pero no como una dinámica unilateral sino
que plantea la bilateralidad con aires de conflicto social, necesario según
algunos esquemas teóricos sociológicos para lograr el cambio y la
direccionalidad hacia el camino justo, comunitario, social.
Dentro de toda esta reflexión y producción escrita, se
manifiestan ciertos aspectos que han podido ser llevados a crítica a través del
conocimiento de nuestro sistema social y el sustento teórico que nos lleva a
cuestionar ciertos aspectos que únicamente hemos venido reproduciendo y han
sido transmitidos a nosotros a lo largo de las generaciones (en las distintas
áreas donde se forman y manifiestan las instituciones sociales). Por lo cual
puedo decir que en su concepción estructural cada institución social mantiene
nociones que necesitan una acción transformadora por parte de quienes
pertenecemos a ellas. No es necesario esperar a proponer un cambio radical en
el sistema de reproducción que traemos impuesto. Pero basta con reflexionar y
decidir cambiar la forma en la que nosotros inicialmente hemos adoptado
nociones que luz de crítica pueden estar abiertas a propuestas y la decisión
que tengamos al momento de influir en una nueva generación para el alcance de
la meta transformadora del esquema actual. En la familia puedo mencionar que la
reflexión sobre el mantenimiento de las funciones paternalistas y de concepción
capitalista únicamente nos mantiene (o nos pone aun más en desventaja) en la
posición que tenemos. Escuela tiene nociones sobre la cuales hay que sostener
una reflexión aun más extensa en cuestión de fomentar una educación y formación
sin esquemas autoritarios y militares de funcionamiento, que no hacen más que
transmitirnos antivalores de racismo, discriminación, sumisión y represión.
Referente a la iglesia, pude reflexionar sobre las posturas dogmáticas y de
control que hasta este punto, la historia verdaderamente plasmada ha puesto a
relucir y ha evidenciado el juego que ha tomado el ser humano contra el mismo
ser humano para oprimir y evitar el progreso verdadero.
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