En referencia a la pregunta inicial; esa pregunta, la super pregunta,
la pregunta máxima, la pregunta madre de todas. La lectora y el lector
podrán saber que no tenemos respuesta para esa pregunta, ni para ninguna
otra. Nos movemos y andamos por la vida, con direcciones mentirosas,
atados a la locura constante, al vacío negado -que cuánto más lo negamos
más profundo es. Andamos por la vida cabando el agujero profundo en el
que vamos a partir a otra dimensión metafisica. Rogando porqué otras
dimensiones en realidad existan; siempre sabemos que no.
La
miserable forma de vivir buscandole final a lo inconcluso, buscandole
palabras al necio silencio, buscando formas maleables en las duras
rocas; buscando sin saber qué ni para qué. Buscando neciamente que lo
consolidado y firme de la vida, cambie.
Volvemos
a decirlo, ésta y todas las preguntas no tienen respuesta. No, no hay
verdades absolutas ni relativas. Existe carencia de verdades. Seguimos
buscando, cual necio y aspero luto busca revivir cada mañana.
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